En la actualidad, disponemos de una gran variedad de fuentes de energía, y una de ellas es el gas. Continúe leyendo este texto si desconoce los numerosos tipos de gas y sus ventajas y distinciones.
Gas natural
Es el gas que hoy domina el mercado energético, tiene la preferencia de los usuarios y, como resultado, estamos acostumbrados a oír y relacionar el término "gas natural" con él. Sin embargo, también hay otras formas de gas disponibles en el mercado energético, como el propano y el butano, que parecen haberse pasado por alto, pero que podrían ser la mejor opción para algunos consumidores en función de sus necesidades específicas. Dado que su almacenamiento y transporte entrañan riesgos y costes importantes, su desarrollo se produjo más tarde que el de los gases del petróleo.
Este gas es una mezcla de gases, de la que el metano constituye entre el 75% y el 95%. Procede de yacimientos fósiles y formaciones geológicas. Su poder calorífico es elevado. A pesar de ser la energía fósil más limpia, las emisiones de metano procedentes de su uso contribuyen al aumento de los gases de efecto invernadero en la atmósfera.
Gas butano
Desde los años 90, es una de las energías domésticas más demandadas en España desde hace 30 años. Para uso residencial en agua caliente y calefacción, este tipo de gas tiene un rendimiento excepcional debido a su alto poder calorífico. Los gases licuados del petróleo (GLP) incluyen el gas butano, que es incoloro e inodoro y se extrae del petróleo. Se identifica fácilmente por su peculiar método de distribución y almacenamiento en las míticas bombonas naranjas.
Gas propano
Es uno de los gases más utilizados en lugares donde el gas natural aún no es accesible. Tiene mayor poder calorífico, es incoloro e inodoro y comparte muchas de las propiedades del otro. Este tipo de gas se suministra tanto a granel (alto consumo profesional) como envasado (en botellas de 11 kg o 35 kg) y canalizado (como el gas natural).